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sábado, 26 de julio de 2014

Invitación a la presentación de Jaime Suárez de su libro sobre los Nevados del Aconquija

Nos complace invitar a la presentación de Jaime Suárez sobre su libro:
Nevados del Aconquija,
vivencias en los Andes del Tucumán

domingo, 8 de junio de 2014

Ascenso al Morro Áspero-Tipillas o Mula Muerta (4950 msnm)


Integrantes de la salida:

Benjamín Straube, Alexis Coronel (“el Mocho”), Gabriel Vellicce y Juan Pablo Nemec.

 

Una nueva aventura que, con el mismo entusiasmo de siempre, nos impulsa a disfrutar de la montaña con una larga caminata en las huellas de los cerros del Aconquija, una zona tan enigmática como exaltante.

Entre los días 16 y 20 de abril del año 2014, nos dirigimos a uno de los puestos más conocidos de las estribaciones occidentales de los Nevados del Aconquija, el puesto de El Tesoro, un lugar donde pocas personas viven, pero todas ellas de  gran humanidad. Se sitúa en ella la escuela nº 449, El Tesoro, una humilde escuelita que brinda a los niños de la zona educación fundamental para el crecimiento del pueblo, y a la vez un punto de referencia para propios y extraños.

En el pequeño pero abrigado patio de esta escuelita pasamos la primer noche, tirando nuestras bolsas de dormir ahí mismo ni bien llegados al lugar. De inmediato tuvimos las primeras visitas, Maira y Seba, dos alumnos de la escuela. Con ellos charlamos y pasamos un muy grato momento.

 


Comenzó la caminata!

El día jueves 17 a las casi 8 de la mañana, al arrancar la caminata nos encontramos con un grupo de andinistas que iban rumbo al Bolsón de Cerrillos, el coloso de los Nevados. Estaban preparando los enseres, y las mulas, para comenzar la dura peregrinación hacia el techo de los Nevados del Aconquija.

Empezamos nuestro ascenso, siempre cerca del rio Chiflón. Poco a poco anduvimos cuesta arriba, entre charlas y recordando anécdotas nos vamos acercando al primer campamento. El andar se está complicando, ya que el rio comienza a encajonarse, y tenemos que sortear una pequeña cascada poco después de las 15 hs. Además un poco más adelante de este obstáculo, debido al continuo encajonamiento debemos retroceder y montarnos por la ladera sur, para continuar por esta hasta la hora de acampar.


El primer campamento lo montamos en una mesada alta a orillas del rio, el acceso a él, para abastecerse de agua, debe hacerse con precaución.

Yo me muevo con cuidado porque durante el armado de carpa me sentía un poco apunado, además me vino aquejando una dolencia tras la rodilla izquierda que me trae algo de preocupación. Me cuesta flexionarla, así que decido tomar algún antiinflamatorio y mañana si me  siento mejor, marchare con una venda.
Listo el campamento, empieza la infaltable ronda de mates para hidratarnos y reponernos del trajín del día. Dado que el cansancio era general, después de la mateada nos metemos en las bolsas y nos gana el agotamiento, solo pasadas las 00:30 empezamos a salir muy de apoco, con ganas de comer algo, y que mejor que: salamín, bondiola, aceitunas, maní y papas fritas, todo un festín gastronómico a estas alturas.

Descansados pero no muy bien dormidos, ya por la mañana, nos incorporamos a la realidad y luego de un buen desayuno, empezamos a desarmar el campamento “Chiflón”, y un rato antes de las 10, luego de una larga charla para decidir por donde continuar, estamos listos para comenzar nuevamente la caminata. Hoy nos espera un día también agotador.

En esta segunda jornada la senda se hace dura, pero nos da respiro. Cada parada en el camino, cualquiera de ellas, un lugar ideal para vivir la montaña.

Lentamente pero con ganas, vamos montándonos en el gigante. Al medio día una reparadora ración para reponer energía, una mini siesta y a seguir adelante.

Llegada las 18 hs. estamos en el campamento base La Bolsa, unos metros más abajo del sitio de las ruinas del mismo nombre. Aquí tenemos el agua a la par, las vegas nacen exactamente en las ruinas y recorre su camino cuesta abajo, cristalina y pura, como deberíamos mantener este precioso e invaluable recurso.

Luego de montar las tiendas, nos distendemos y se larga la mateada. Pronto nos hace frio, hoy parece que la cosa va a ser distinta. Hay una hermosa luna, y nos permite ver el arenal y los cordones montañosos vecinos desde lo alto, la magia de la montaña se muestra con su mejor ánimo. (Inenarrables experiencias que regala la montaña cuando te haces amigo, esto es, obviamente, una invitación a los que no conocen el montañismo).
Agotados, vamos a tratar de reponernos para mañana, si se puede atacaremos cumbre.

Nos levantamos tipo 8 hs. con -7cº, pero la verdad que se siente más frio, hay una leve brisa y un espléndido colchón de nubes que cubre el valle. Pero no todos estamos muy bien, decidimos salir tranqui para ver qué pasa.

Se hace medio tarde, Benja y Gabriel deciden quedarse por las cercanías y recorrer las ruinas. Con Alexis nos vamos rumbo a la cumbre.

Encaramos hacia un contrafuerte que nos llevara directo al filo entre el Co. Bolsa y el Tipillas. En seguida vamos ganado altura, y con ella cansancio, y un espectáculo para no perderse.

El filo del contrafuerte es bastante rocoso, hay unas salientes muy escabrosas y nos tiramos bordeándolo hacia su cara sur, tremendo e inclinado, pero ya estamos en él. Seguimos e intentamos llegar arriba. Nos vamos acercando al Morro Áspero-Tipillas o Mula Muerta.

A las 14:30 nos fraternizamos en abrazo cumbrero con mi amigo el Mocho en la cumbre del Morro Áspero, sobre sus 4950 msnm. Una impactante visión de todo el entorno y nuestro exaltado espíritu que nos pide más montaña! Media hora más tarde, luego de firmar una hoja que dejamos como testimonio, seguimos hacia el Tipillas. Se va haciendo tarde y el cansancio que nos va poniendo al límite.
Cuando llegamos a una hermosa peña en el filo Bolsa-Tipillas (a 5160 msnm), nuevamente sellada con abrazo y foto, el esplendor del paisaje nos sorprende con su magnitud, el este y su horizonte cubierto de nubes, ahí cerquita, escondiendo las ruinas de La Ciudacita, el Alto de la Ruina; y el oeste con su cordillera distante, campo del arenal de por medio, y todos los cerros de los Nevados que nos parecen tan cercanos… pero estamos como a una hora de la cumbre del Tipillas y las fuerzas tienen que alcanzar para volver, al igual que la luz… son pasadas las 16:30 hs. así qué, difícil decisión, pero nos damos la vuelta. La experiencia es inolvidable y la montaña seguirá aquí, esperándonos con su magia intacta…

Resta mucho disfrute entre la vuelta al base y mañana mientras desandamos la senda. Durante el regreso caminamos por las ruinas de La Bolsa mientras cae el sol en el horizonte que no vemos. Hermoso y gigante circo rodea las ruinas,  en donde coronan sus alturas los cerros Negro, el Apacheta, el Bolsa y el morro Áspero - Tipillas. Forman el sitio un grupo de estructuras relacionadas con las ruinas de La Ciudacita. Eran el paso previo camino a ellas, atravesando el paso del Inca, el abra que da paso a la ladera oriental donde descansan misteriosas las ruinas de La Ciudacita o Pueblo Viejo.
Ya llegados al campamento nos esperan con agüita caliente y aderezos pal mate, lo cual se agradece enormemente. Disfrutando las últimas horas del día intercambiamos las vivencias de las horas que acababan de pasar, y por supuesto, soñando con una próxima visita. Mañana comienza el regreso a casa, siempre, más importante que una cumbre.

Una noche más en las alturas del Aconquija, una mañana fresca y fascinantemente hermosa otra vez nos saca de las bolsas de dormir. Una nueva ronda de desayuno, avanza un nuevo día, esta vez nos toca el cuesta abajo, que con cuidado, lo hacemos a un buen ritmo para llegar al puesto del Tesoro a las 15:30 hs., contentos de haber pasado unos días magníficos en las entrañas de los Nevados del Aconquija.

 

 

Juan Pablo Nemec

Grupo CAMME – Tucumán

jueves, 5 de junio de 2014

Un libro que hacia falta


Se trata de un compendio de información sobre los Nevados del Aconquija, es una muy completa guía sobre la cual se podrá seguir sumando información, para lo cual estamos todos invitados. Con mucha info y algunos relatos de ascensiones, este libro presenta, además de datos y coordenadas, una intensión decidida sobre progresar en el conocimiento de este enigmático sistema montañoso, sus rincones, ascensiones, historia y cualquier dato relevante. Quien desee hacer aportes y/o adquirir un ejemplar puede contactarse vía mail a grupocamme@gmail.com.-

 
 
A continuación un extracto del retiro de tapa del libro “Nevados del Aconquija, vivencias en los Andes del Tucumán”

Misteriosa y profunda secuencia de cúspides rodeadas de secretos aun no bien conocidos o descifrados y de recuerdos vagos de gestas. Transitaron sus entornos, abras, laderas y pasos, conquistadores que aunque dejaron sus profundas huellas y culturas, estas no alcanzaron a borrar las que, desde milenios, en esos valles existían.

Al respecto no se dejó de bosquejar algunas de esas situaciones. Al igual que un esbozo de geografía, acompañado de una descripción y ubicación de las principales cimas del Aconquija.

Se narran en este libro ascensiones a algunas cumbres del Nevado, una visita a las recónditas, monumentales y antiguas ruinas de La Ciudacita y un pequeño detalle de alguno de los principales sitios de interés vecinos a este entorno montañoso.

No escapa al autor, ante los notorios deshielos de estas montañas, expresar su preocupación ante el abuso que se está realizando con la utilización de las napas acuíferas y su contaminación, por la mega-mineria, recursos que ya nunca más se recuperaran e hipotecan el futuro.

 

 

Juan Pablo Nemec

Grupo CAMME

Cerro Alto de la Mina - Montañismo y Exploración

jueves, 16 de enero de 2014

Explorando el Filo de las 3 Lagunas


Hacia la zona de las tres lagunas: Morro del Lilal.

Después de tanta ausencia, una vez más nos coincidieron tiempos y nos sobraron ganas, para encarar una salidita a la montaña, aunque de rápida organización, pero con una gran dosis de entusiasmo la pusimos en marcha con un par de juntadas.

Nos aproximaríamos a la zona de las Tres Lagunas, aunque teníamos los días contados queríamos intentar el Cerro Horqueta o bien el Tres Lagunas.

Aprovechando el fin de semana largo de semana santa, junto a un par de feriados mas con los que contaba este 2013, nos dirigimos a Ampajango, esta vez en mi auto. El día jueves 28 de abril del mencionado año salimos tempranito (6 am) desde San Miguel de Tucumán, arribando a esa localidad, luego de haber almorzado en San José, a horas 13. Media hora mas tarde ya estábamos marchando rumbo a las cumbres.
Esta jornada nos reencontró con un viejo amigo de esta zona, Bartolomeo Villanueva, que siempre nos recibe con una cordialidad digna de un "Señor de la Montaña". A él, nuestro sincero y afectuoso reconocimiento.
Ya cayendo la tarde el cielo comienza a oscurecerse y hacerse sentir. Se aproxima la lluvia, que en cualquier momento nos agarra. Rapidito cruzamos el afluente que viene de la quebrada del Toro, tratando de encontrar el refugio que nos resguardaría esa noche del agua; aunque deteriorado por el tiempo que lleva en desuso, una de las habitaciones aun protege bastante, y es ahí en donde pasaríamos la noche, y aunque filtraba algo de agua, nos damos maña para evitar las goteras y descansar en aquel lugar que aun cobija.

Al día siguiente, cuando por fin nos asomamos al mundo nuevamente, descubrimos los nevados totalmente blancos, granizo y nieve cubrían las cumbres resplandecientes de agua.

Con unos mates cebados arrancamos esa esplendida mañana, y tenemos todo listo para continuar la marcha a las 9:30 hs. Hoy, mientras marchamos, vemos la hermosa forma de piramide totalmente blanca del Cerro filo de las tres lagunas, que se aprecia desde la quebrada de rio Ampajango hacia el sur este. Consultando luego con la gente del lugar es llamado ahí Morro del Lilal. Una hermosa cumbre de 4700 msnm. a los pies de los Cerro Tres Lagunas, Bolsón Grande y Horqueta.

Durante la segunda jornada de marcha nos topamos un par de veces con el rio Ampajango, el que debimos cruzar con cuidado, traía bastante agua y no podíamos encontrar ningún lugar por donde saltar.

Por fin arribaríamos a nuestro campamento 2, habiendo pasado el encuentro del rio Ampajango con otro de sus afluentes, en este caso el que baja de la quebrada del Horqueta. Desviándonos ahora por este brazo, llegamos a visualizar una construcción deshabitada y sin techo en donde refugiarnos un poco del viento. Aunque debíamos sacar yuyos que habían crecido era la mejor opción ya que no encontrábamos nada más o menos plano para asentar la carpa.
Una noche llena de estrellas con luna brillante y menguando, nos vio acampando aquella noche en medio de la montaña. El aire estaba calmo y la temperatura agradable. Comimos y contemplamos la lenta marcha de los astros un largo tiempo hasta que el cansancio nos gano como a las 23:30 hs.

Un amanecer mas que nos alienta a guardar todos nuestros enseres en las mochilas para caminar lentamente cuesta arriba. Estamos ya en plenas laderas ladeadas. Hoy las cuestas cuestan.

Abajo quebradas encajonadas, y nosotros sorteando peñascos rocosos que dificultan el andar y nos obligan a prestar atención en cada paso y a usar las manos en algunos tramos.

Finalmente llegamos a unos 3900 msnm, a orillas de una vega que tiene agua solo por que tuvo lugar esta granizo-nevada hace un par de días. La vega se nota deteriorada y al transcurrir el tiempo cada vez tiene menos agua.
Está protegido por un contrafuerte rocoso elevado y encontramos también un viejo puesto sin techo, pero que es un lugar apropiado para ubicar la carpa.

Al terminar de asentar el campamento, como siempre, nos disponemos en la ronda del mate para descansar e hidratarnos, ya pensando y discutiendo en atacar mañana la cumbre del Lilal, ya que se nos hace imposible intentar el Horqueta u otro cerro, y además, su hermosa figura nos atrae cual imán. Decididos los planes del día siguiente solo nos resta distraernos un rato y entonces Benja nos da la grata noticia de que esta por ser papá. Ahora tenemos otro motivo de festejo para cuando estemos abajo!!!
 
 

Llegada la noche, en nuestra cocina de paso, preparamos un suntuoso menú de fideos en sopa, preparándonos para la loceada que nos espera mañana.

A las 7:00 suena el despertador y quince minutos mas tarde comenzamos a incorporarnos de a uno por vez. Salimos y ya Benja esta con el agua en el fuego para el desayuno. Con un capuchino bien caliente en la panza y galletitas con miel nos alistamos a salir a cumbre siendo ya las 9 de la mañana. El día está despejado y sin viento. Ideal para nuestro propósito.

El camino es firme y con pendiente cada vez mas pronunciada. De a poco se avanza entre algunas paradas para hidratarnos y comer alguna fruta seca o algún caramelo.

Siendo las 12:45 estamos ya en el filo, a pocos metros de la cumbre, y 5 minutos mas tarde nos reunimos todos en ella. 4700 msnm son los que porta esta hermosa cumbre de los Nevados del Aconquija, una cumbre poquísimamente conocida, incluso no encontramos apacheta ni testimonio o algún objeto en ella, lo cual puede suponer que no haya habido ascensiones anteriores.

El clima es súper espectacular, aunque estamos abrigados, por suerte el viento no es tan fuerte y se puede sentir el sol. Sobrecogedor espectáculo el que se tiene desde este lugar, una cumbre que disfrutamos por más de media hora, hasta que fue momento de bajar.

En el camino de regreso al campamento hicimos una parada para comer algo y continuar hasta las 16:20 hs, hora en la que pudimos relajarnos y pensar en la vuelta. Con ronda de mate de por medio, avanzo la tarde. Esa noche picamos un salamín y lo acompañamos con charlas y carcajadas. La noche termino dados en mano, jugando unos partidos de generala y 10000 ya dentro de la carpa.

A la mañana siguiente, sin dejar que se nos haga tarde, arrancamos desarmando el campamento mientras tomamos el desayuno. La vuelta era larga y yo la sentí muchísimo, había tramos muy empinados y mis pies estaban destrozados, sin mencionar el stress de mis piernas que me reclamaban a gritos un lugar dentro de la mochila…

Como a las 11:30 estamos llegando a un puesto a orillas del rio que viene del Horqueta, pero más arriba de donde habíamos acampado hace un par de noches, y ya veíamos la gente en una ofrenda dentro de un corral, estaban festejando el cumpleaños de uno de ellos, desde el día anterior, y habían carneado un animal. Cuando llegamos ahí, inmediatamente nos invitaron a pasar y nos convidaron asado de carne de Guanaco, lo habían cazado ayer, mientras buscaban sus animales.
Como a las 12:30 hs continuamos con la bajada que concluiría a las 20:45 hs, momento de acomodarnos en el auto para regresar a San Miguel de Tucumán. El regreso en auto no fue muy relajado, ya que cuando llegamos al Infiernillo nos esperaba una densa niebla que nos acompañó unos 80 km, durante todo el camino sinuoso.

Una experiencia única, lo que siempre nos regala la montaña!

Integrantes: Alexis Coronel ; Benjamín Straube y Juan Pablo Nemec .

 

Juan Pablo Nemec

Grupo CAMME

Cerro Alto de la Mina – Montañismo y Exploración