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domingo, 26 de diciembre de 2010

Ascenso a la cumbre sur del Nevado de Chuscha (5414 m.s.n.m.)


Del 23 al 28 de octubre de 2010.-

Luego de la última salida, que termino sin cumbre, estamos dispuestos a disfrutar la salida tanto como siempre. Y es que el verdadero placer de este deporte no debe pasar por lograr la cumbre, sino por saber disfrutar todo el desarrollo de la misma.
Arribamos a Colalao del Valle a las 16:30 aprox., nos esperaba Gustavo, un docente del pueblo, amigo de Benja, y que con muy buena gana nos hizo las veces de anfitrión. El ya había hablado con la directora de la Escuela de El Arbolar, pegadito a El Pichao, lugar desde el cual comenzaríamos la larga caminata en busca del Nevado y a quienes agradecemos de corazón.

Gustavo nos llevo en camioneta hasta la escuelita, distante de Colalao 7 km.

Aquella primera noche dormimos muy cómodamente en las instalaciones de aquella hermosa escuelita de montaña. Muy temprano, comenzamos los preparativos para arrancar la caminata a las 7 a.m.

La marcha durante este primer día fue buena, aunque, el camino bastante duro para hacerlo con todo el equipo en las espaldas. La senda, que va y viene constantemente, tiene vistas increíbles y se puede ver como ganamos altura paulatinamente. A las 18 hs arribamos a uno de los tantos puestos que están alzados en los lugares menos esperados del terreno. Allí pasamos la noche, evitando así el armado de carpa. La jornada fue dura y hay que reponer fuerzas. Mate dulce, con un toque de hojas de coca, y galletas con miel son ideales para el fin.

Luego de la comida nos disponemos a descansar en las bolsas, esperando que mañana podamos pasar al valle del Cajón, y tener una vista del Nevado.

Temprano por la mañana, comenzamos a armar las mochilas, y pronto estuvimos andando cuesta arriba una vez más.
Avanzamos por un arroyito, que pronto se tornaría complicado, y debimos montarnos por las laderas para tratar de hallar la senda. Al medio día salimos al abra de la Yareta, donde podíamos ver hacia el oeste el valle y el Nevado.

Comenzamos un descenso que se prolongo durante el resto del día, llegando hasta otro puesto, este era bastante grande, estaba formado por un grupo de 5 o 6 habitaciones que estaban la mayoría cerradas con candados, una de ellas llena de cueros de llamas, y además la cocina en donde pudimos armar las bolsas para pasar la noche.

Este puesto esta a orillas de un río.
Llego el tercer día de marcha, hoy pensamos en llegar hasta donde será el campamento base.

La caminata me pareció sumamente gratificante, reparadora se podría decir. Pero cuando llegamos al base, al medio día, me sentía apunado y debí moverme con sumo cuidado. Ahora solo queda disfrutar el resto del día y tratar de reponerse para un intento de cumbre. La idea era intentar mañana mismo la cumbre, y si no nos sentíamos bien, bajar y terminar de aclimatar, e intentar al día siguiente.

De más esta decir que el escenario es magnifico. El día esta calido, bastante calido.

Armamos por primera vez la carpa y nos metemos a descansar.

A eso de las 3 de la mañana comienza a soplar viento, que hasta el momento estaba ausente, y continuo soplando durante el resto del día.
Nos levantamos temprano con ansias de comenzar el ascenso, el día anterior estuvimos charlando largamente por donde hacer el ataque, eligiendo un contrafuerte que baja del lado izquierdo de la cumbre sur, viendo el Nevado desde el valle del Cajón (de este a oeste). Así procedimos, y a medida que subíamos sentíamos la altura. Lamentablemente Benja es el primero en sentir la desagradable sensación del apunamiento, pero ya estábamos montados en el filo de cumbre y Benja decide seguir. El viento es tremendo en el filo, estamos abrigados y atosigados por el viento. El avance comienza a ser lento debido al cansancio y a la puna. Con paciencia llegamos a las 14 hs a la cumbre sur del Nevado de Chuscha. Con sus 5414 m.s.n.m y su vista impresionante, es una experiencia increíble y un lugar único: logramos ver los Nevados del Aconquija, al frente la sierra del Cajón que habíamos cruzado unos días antes, el llamado Co. Colorado en el mismo sistema donde estábamos parados, mas al sur, y una amplia vista del oeste donde podíamos ver hacia el Galán y otros grandes cerros distantes en la cordillera.
Queríamos seguir pero, arribados a la cumbre también Alexis esta con puna. Yo estoy cansado y no estamos en horario para intentar seguir hasta la cumbre principal que esta frente a nosotros pero como a una hora o mas, la decisión es dura pero es obvio que debemos descender y así lo hicimos.

Como los chicos no están bien no hemos comido aun y en el descenso yo ya no doy mas, y tengo que parar para hacer unos bocados, porque ya no me están quedando reservas de combustible y falta mucho.
Descendimos por otro lado, inmediatamente al sur del contrafuerte por donde subimos hay un circo que forma la quebrada en donde esta el base. Abrupta y con acarreo suelto, la inclinada ladera nos va llevando abajo, con mucho cuidado bajamos un poco arrepentidos de haber optado por esta alternativa.

A las 18 hs estamos llegando al campamento. Descanso y charlas animadas nos distraen hasta llegada la hora de dormir.

Al amanecer estamos listos para el regreso.

Nunca imaginamos el tremendo trajín que nos esperaba, caminamos a buen ritmo y llegamos a las 23 hs a Colalao, pero con tremendo cansancio encima.

Sandwich de mila en mano y brindando con una cerveza bien helada sellamos esta increíble aventura en el Nevado del Chuscha. Salut!!!



Integrantes de la expedición:

Alexis Coronel (25)
Benjamin Straube (28)
Juan Pablo Němec (31)



Juan Pablo Němec – grupo CAMME
Cerro Alto de la Mina Montañismo y Exploración

Exploración e intento de ascenso al Co. Chimberí, Nevados del Aconquija, Tucumán.

Del 22 al 26 de agosto de 2010.-

En esta oportunidad, la propuesta era llegar al vestigio del otrora glaciar que modelo las laderas de la quebrada del río Cochuna, el glaciar Chimberí.

Para el cometido, teníamos entendido que podíamos llegar a dicha quebrada por dos lugares distintos: uno de ellos era desde Alpachiri, el cual requería algunos kilómetros mas de caminata; o también desde el campamento Samay Cochuna, ubicado en la base de la cuesta de “Las Lenguas” que sube con destino a Las Estancias, Catamarca.

Como el acercamiento al campamento base requería al menos 4 días de aproximación, y teniendo los días contados (como siempre), optamos por ir hasta el Cochuna y desde ahí, ganando algo de tiempo llegar al base.

Confiados en las indicaciones que nos dieron, (nos mandaron directamente por el río) comenzamos el avance que inmediatamente se tornaría lento y sumamente frío: era tremendo, pero “¡¡¡TREMENDO!!!”, cada cruce del río, con sus aguas heladas, y había que vadearlo una y otra vez. Quitarse las botas y enfrentar las aguas heladas era una labor cada vez mas aborrecida por nosotros. Por las orillas, encajonadas, no se podía andar mucho trecho. En fin, una ruta muy complicada. Pero la macana ya estaba hecha. Para cuando transcurrió el primer día, con suerte y mucho esmero, avanzamos la mitad del trayecto programado para esa primera jornada.

Al día siguiente el andar mejoro un poco, pero ciertos tramos estaban también con laderas deterioradas y se complicaba nuevamente el avance. Para el tercer día de marcha, como si nos faltase algo, entro la cerrazón, impidiendo tener la vista que necesitábamos para encaminar el ascenso. Fue tremendo el avance cuesta arriba desde el medio día hasta las 18:30 aprox. Para colmo se nos acaba el agua de las botellas y no hay signos de agua por aquí, recurrimos a los trucos de montañero, y recogemos agua con una toalla de los pastizales (no agrada ni el sabor ni el color, pero hidrata).

Yo había llegado bastante dolorido y cansado, la tremenda pendiente que subimos me había hecho revivir el malestar en mi rodilla derecha de una vieja tendinitis, y me estaba molestando.

El amanecer del cuarto día nos sorprende con la maravillosa vista tapizada de nubes al este, y el color increíble de las montañas frente a nosotros, cambiando de tonalidades al compás del amanecer. Pero yo estoy desanimado, dado que no me siento plenamente para encarar mas caminata con esta amenaza de tendinitis, además con suerte estamos a dos días del base, lugar donde deberíamos estar ya. Por si fuera poco mis botitas están al borde de romperse. Subimos solo muy poco mas, los chicos bajan a una quebradita medio complicada, pero que tiene agua. Nos hidratamos bien y decidimos que deberíamos regresar e intentar en algún otro momento este ascenso.


Es desagradable dar la vuelta sin haber llegado a donde se planeaba, pero la montaña seguirá ahí, será cuestión de darnos tiempo en algún momento e intentar nuevamente. Se que mis compañeros están mas sentidos que yo de regresar, ya que ellos están mejor físicamente y hubiesen podido encarar el ascenso mas rápidamente, pero queda claro que es fuerte la idea de grupo que prevalece entre la gente del CAMME, y en estas ocasiones es donde se puede valorar las actitudes de un verdadero compañero.

Emprendida la marcha cuesta abajo, llegando a un arroyo, la suerte otra vez esquiva, nos hace topar con un pequeño precipicio. Por una cornisa tratamos de cambiar de posición para un mejor descenso, pero mi suerte esta eclipsada por algún astro, y en el intento se desprende todo el suelo que me sustenta y me voy con él hacia donde la gravedad… unos casi tres metros de caída vertical, con mochila a espaldas! Un hermoso colchón de rocas me reciben abajo. Con suerte, a pesar del gran golpe, tengo solo rasguños, y dolor en una mano, pero luego de realizar los estudios no había nada serio.

Continuaríamos el descenso sin mas inconvenientes y dormimos en donde habíamos establecido el campamento 2.

Al día siguiente seguimos bajando, pero llegado el momento tomamos la ruta que nos llevaría a Alpachiri. Desde Laguna del Tesoro, planeábamos un ascenso futuro, y también pudimos charlar con don Domingo Yampa, cuidador de la estancia de la laguna. El resto del trayecto, largo, pero sin desafortunados sucesos, nos llevo hasta Alpachiri.

En las zona de selva se veían ramas de todos los portes quebradas por el peso de la nieve, que el último invierno fue inusualmente intenso.

Una experiencia mas en la montaña. Esta vez no pudimos lograr la cumbre, pero nos queda claro que disfrutamos totalmente la aventura y la experiencia siempre aporta cosas positivas y muchas anecdotas.





Integrantes de la expedición:

Alexis Coronel (24)

Benjamin Straube (28)

Juan Pablo Němec (31)



Juan Pablo Němec – grupo CAMME

Cerro Alto de la Mina Montañismo y Exploración

lunes, 24 de mayo de 2010

Travesía en bicicleta hasta el puesto “Cerro Colorado”


(Valle de San Antonio del Cajón - Catamarca)
El día jueves 1 de abril de 2010 emprendíamos una travesía en bicicleta, con el fin de aproximarnos al pueblo de montaña denominado San Antonio del Cajón.
Sabíamos que necesitábamos tiempo, pero con los tres días que disponíamos decidimos avanzar cuanto se pudiera para conocer algo de estos lugares. Lamentablemente, empezamos demorados por que el trasporte que nos llevaría hasta Amaicha del Valle se retraso, llegamos a las 9:30 y todavía era necesario colocar el portaequipaje y alforjas de Seba que nos esperaba en Amaicha.
Hechos los últimos ajustes, recién pudimos comenzar a pedalear a las 11:00 hs, pero no pasaría mucho tiempo hasta encontrarnos con una dificultad, Benja rompe el pedal de su bici. Teníamos que llegar hasta Santa María para poder buscar una bicicleteria donde reparar el daño, pero no quedo otra alternativa más que comprar unos nuevos. Ya en marcha de nuevo, avanzamos hasta San José donde comimos como a las 14:00 hs. Poco después de comenzar la pedaleada empecé a sentir los efectos del no haber entrenado como corresponde y el cansancio acumulado en los últimos días. Varias veces debí obligar a mis compañeros a demorar la marcha y detenerme a recuperar fuerzas y elongar para reponer mis músculos entumecidos. En el últimos trayecto Benja picha una rueda. De a poco avanzamos hasta Pie de Medano, poco antes de tomar la ruta que se adentra en el Valle del Cajón.

Llegamos pasadas las 20:00 hs, poco antes presenciamos unos de esos instantes que te regala este tipo de actividades: andando ya con las ultimas luces del día, aparece frente a nuestra mirada, transitando hacia el horizonte, una enorme estrella fugaz, con una dimensión bastante mayor a cualquier otra que halla visto, con un entorno de flamas verde azuladas y dejando tras de sí una estela que terminaba siendo algo rojiza. ¡MARAVILLOSO!!!
Contentos por este momento inolvidable, buscamos un lugar retirado de la ruta para acampar. Ya instalado el campamento nos dispusimos a pelear por quien cocinaría; perdió Seba que hizo una espectacular polenta. Como para cerrar el día, un regalito más: sobre los Nevados del Aconquija empieza a azomar la enorme luna, que hace un par de días estaba llena.
Sencillamente hermoso, solo faltaba la nieve en las cimas (que hace varios años viene mermando) para tener la imagen  completa de su nombre, muy bien elegido por los pobladores originarios, que llamaron Akon Quilla a esta fabulosa cadena montañosa, y que significa “en las alturas, la nieve y la luna juntas”. Ya podíamos dormir tranquilos.
Por la mañana nos dedicamos a caminar hasta el río Santa María que corre a unos 100 metros de donde acampamos, tomar algunas fotos y lavar los cacharros donde cocinamos y desayunamos. Luego empezamos a desmontar el campamento.
Estábamos de nuevo en la ruta a las 10:00 hs. Si, bastante tarde. Comenzamos a andar y pronto nos daríamos cuenta que avanzar por ese camino de “tierra” seria complicado.
El camino esta en mal estado, lleno de serruchos (olitas) en las partes más consolidadas, y por otro lado, la otra cara del camino, trechos arenosos. “Bastante entretenida la cosa”. Pero, como dice el dicho “al mal tiempo buena cara”. Tomamos aire, pensamos en otras cosas y a pedalear! Pacientemente avanzábamos valle adentro.

En la parada del almuerzo subí a un medano cercano y tome unas fotos del Nevado de Chuscha, uno de los objetivos fijados dentro de la agenda del grupo. Hermoso y lejano se alzaba, este sí, con sus laderas blancas. Juntamos agua del río, que baja turbia, y con métodos precarios la filtramos como para darle un mejor aspecto, más bien un engaño psicológico para pasarla mejor. Avanzamos hasta llegar al puesto de “Cerro Colorado”, 4 Km. antes de Lampacito, a donde llegamos a las 19:00 hs aproximadamente. En el puesto no había nadie, pero tiene el aspecto de estar ocupado, por lo que decidimos esperar a sus dueños antes de instalarnos cerca. Mientras que hicimos una picada como merienda, aparece Don Dionisio Gervan, amable lugareño dueño de aquel puesto, que viene trayendo sus cabras y ovejas al corral. Luego de entablar una amena charla, Don Dionisio nos da hospedaje en su calida morada. Una hora mas tarde unas tímidas nubes que se habían formado hacia el sur, se trasforman en enormes cúmulos que emiten intimidantes relámpagos: “Esta lloviendo en Belén” asevera Don Dionisio, “ya la luna esta cediendo, va traer agua también para estos lados, quizá mañana”.

Esa noche dormimos en casa de Don Gervan, en la habitación colgaban 4 cueros de Pumas, “cuereados” hace unos meses: “Los Leones me comen de a 12 y mas bichitos”, refiriéndose a sus ovejas y cabras. Parece que en la zona hay bastantes, y Dionisio asegura que ya no quiere salir a cazarlos por que a su edad (64 años) no es nada sencillo y se arriesga mucho. Por la mañana, temprano, nos levantamos y el cielo estaba cubierto de nubes grises, no llueve, pero se siente una pequeña “garuba”: una llovizna muy suave. La temperatura descendió bastante. Luego del desayuno empezamos a montar las alforjas nuevamente en las bicis. Antes de partir, aparece una camioneta que viene de La Hoyada. Están marcando animales y nos invitan, porque es una fiesta local. Además, nos dicen: “el 20 de marzo es el festival del Burro, una fiesta en La Hoyada a la cual concurre todo el valle, cuando puedan lléguense que les va a encantar”. Maravillados con la vida del valle, tenemos que tomar la dura decisión de regresar.

Durante el regreso el camino ayuda un poquito más, pero de todas maneras el avance es lento. Cuando llegamos a la ruta 40 el avance fue mucho más rápido y nos encontramos con pequeños aguaceros que nos acompañaron esporádicamente hasta llegar a San José, donde decidimos esperar el colectivo a San Miguel de Tucumán. Cartas en manos, durante la espera, pasamos el tiempo hasta abordar el colectivo.

Una aventura más! esta, sobre ruedas.
Yo hice mi ultima travesía en bici en el año 2004, y esta experiencia realmente me lleno de alegría y recordé esos viejos tiempos.
Gracias a mis compañeros de viajes que supieron tenerme paciencia en tantos tramos en los que me quedaba atrás!!



Integrantes
Sebastian Mamani Segura
Benjamin Straube
Juan Pablo Němec

Juan Pablo Němec - Grupo CAMME 
Cerro Alto de la Mina Montañismo y Exploración.